martes, 21 de febrero de 2012

Mientras tú la pierdes, otro la enamora.



Cuídala bien, porque mientras tu no la hablas, otros se mueren por que ella les conteste. Mientras tú no quieres salir con ella, otros hacen lo que sea por que ella acepte su propuesta. Mientras tú no la valoras, 
otro la hace la chica más feliz del mundo. Mientras tú no la escuchas, otro la aconseja, sabe sus problemas y la entiende. Mientras tú no 
quieres hacerte una foto con ella, otro se muere por una foto de ella.
Mientras tu la haces llorar, otros la hacen reir. Mientras tú estas con
otras chicas, otros la hacen a ella sentirse única. Mientras tú la dices
adios, otros 20 la dicen hola preciosa. Mientras tú la pierdes, otro la enamora.

domingo, 15 de enero de 2012

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Nada de zapatos de cristal, ni besos que rompen maldiciones.

Si Campanilla, la de Peter Pan. La olvidada campanilla. A muy pocos le importaban los sentimientos de campanilla, todos los niños querían que Peter se fuera con Wendy, la chica encantadora que le cosió su sombra a los pies, que le dejó la medicina cuando ella decidió hacerse mayor y dejarle… Oh, que graaan persona. Pues no! Crecer? No te importa crecer si tienes al amor de tu vida para siempre a tu lado. El verdadero amor era el de campanilla, que arriesgó su vida bebiéndose la medicina envenenada para que no muriera Peter., y todo… Para qué? Para que él la empujara, para que él solo se fijara en la bonita niña de rizos indefinidos y un beso en un lado del labio? Sin duda alguna, Peter Pan es uno de los cuentos más sinceros que nos contaban de pequeñas respecto al amor. Nada de zapatos de cristal que no se rompen, nada de besos que rompen maldiciones, ni castillos protegidos por dragones… Si no una chica enamorada de un chico que tan solo quiere a otra.

martes, 20 de diciembre de 2011

21.#



El final de Diciembre se acerca, y con ello el comienzo de un nuevo mes, de una nueva oportunidad. Hoy, con un paso más cerca de Enero, me he dado realmente cuenta que tu presencia no es más que una excusa para todos mis problemas. Un continuo malgasto de tiempo, con el que al fin y al cabo no sacaré nada productivo. No te niego que fui feliz, pero llegados a este punto toda lucha cae en saco roto. ¿Quién lo iba a decir? Noches enteras debatiendo sobre nuestro futuro, y a día de hoy todo ha terminado. Me duele saber que todo este tiempo he estado intentando reanimar algo que estaba muerto. Pero no vengo a hablarte de los intentos desesperados, ni de las caídas a lo largo de nuestro camino. Deseo que comprendas mi posición en esta historia, quiero que hagas un mínimo esfuerzo y dejes tu orgullo fuera de juego un momento. Intenta vivir desde una segunda posición todos estos largos meses, mirando a través de mis ojos, sintiendo mis golpes y  mis heridas. Y es más, vive mis alegrías y mis risas. Absolutamente todo. Te doy todo el tiempo que quieras, respira hondo y cierra los ojos...
¿Lo tienes? Bien, habrás visto que me enamoré como una autentica imbécil. Cada sonrisa que dibujaba en mi cara cuando te miraba, el vuelco de mi corazón al mínimo roce, todos y cada uno de los besos sentidos por mí. ¿Eso es fácil no? Iremos un poco más allá. Pasaré por alto la primera vez que me dejaste... Párate ahí, justo en aquél  mes. Ahora quiero que saborees cada lágrima, que sientas el escozor de las heridas en carne viva. La desesperación, la irá, la incomprensión. Recuerda el cómo, el cuándo, el porqué, el donde. No te preocupes si en un momento dado ves todo negro, solo fue el abismo donde me lanzaste. Seguiremos un poco más adelante, la lucha del día a día, la batalla contra el llanto, el sentimiento de culpabilidad. Aquella noche... ¿Notas el contraste? No te asombres, simplemente fue el momento en el que me di cuenta que tenía dos opciones; vivir o recordar. ¿Está claro no? Me volví a levantar, como buena luchadora. No fue una recuperación milagrosa, las heridas del corazón necesitan mucho tiempo. Pero te dejo que descubras por ti mismo los siguientes meses…
¿Ya? vale, te robaré solo un minuto más. Ya que conoces mínimamente el tránsito de este tiempo, quiero que por cuenta propia adivines de qué forma debo sentirme yo. No hace cuatro meses, sino justamente ahora. En el instante en el que vuelves con aires de superioridad, con amenazas a medias tintas, con lanzamientos de culpabilidad. Como un veneno vas matando lentamente todo aquello que te dedicaste a cultivar, el amor, la ilusión. ¿Lo puedes llegar a ver? Mi corazón puede soportar tu ausencia o una simple amistad, pero lo que no es capaz de digerir a pesar del cariño es tu continuo afán por mantenerlo.
Por ello, por todo lo que hemos pasado, te pido por favor que dejes de intentar que todo siga como al principio, que hagas como si nunca nada hubiera sucedido. Porque mi amor es infinito, pero mi paciencia no.