Me fumé el sentido del ridículo, me esnifé la vergüenza, me tome un mojito cargado de humor, al día siguiente tuve resaca, pero daba igual, ¿¡qué coño
importaba ya todo!? Estaba dispuesta a hacer lo que fuera, así que cogí la jeringuilla, y me inyecté por vena algo llamado felicidad.
lunes, 23 de mayo de 2011
Yo te esperaré.(8)
Yo te esperaré, nos sentaremos juntos frente al mar y de tu mano podre caminar. Y aunque se pase toda mi vida yo te esperaré.(8)
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