Me fumé el sentido del ridículo, me esnifé la vergüenza, me tome un mojito cargado de humor, al día siguiente tuve resaca, pero daba igual, ¿¡qué coño
importaba ya todo!? Estaba dispuesta a hacer lo que fuera, así que cogí la jeringuilla, y me inyecté por vena algo llamado felicidad.
domingo, 20 de noviembre de 2011
Aunque no estés.#
Quiero
pensar que esto no real, que es mal sueño y quiero despertar, imaginarme que
sigues aquí, saber que nunca te perdí.
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