Me fumé el sentido del ridículo, me esnifé la vergüenza, me tome un mojito cargado de humor, al día siguiente tuve resaca, pero daba igual, ¿¡qué coño
importaba ya todo!? Estaba dispuesta a hacer lo que fuera, así que cogí la jeringuilla, y me inyecté por vena algo llamado felicidad.
jueves, 30 de junio de 2011
Olvidame.
Que me olvides! No quiero volver a saber nada mas de ti en la putisima vida! No quiero volverte a ver , ni quiero volver a hablar contigo nunca, nunca jamas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario