Me fumé el sentido del ridículo, me esnifé la vergüenza, me tome un mojito cargado de humor, al día siguiente tuve resaca, pero daba igual, ¿¡qué coño importaba ya todo!? Estaba dispuesta a hacer lo que fuera, así que cogí la jeringuilla, y me inyecté por vena algo llamado felicidad.

miércoles, 29 de junio de 2011
Por mucho que pase, tequiero.
Tequiero, tequiero, tequiero. Por mucho que intente negarlo, te quiero. Por mucho que intente olvidarte no puedo, porque tequiero. Por mucho que estes con otra tequiero. Por que tu tambien me quieres a mi, y me has echo ver una pequeña posibilidad, tequiero. Por mucho que me digan que te olvide, no puedo. Porque tequiero y eso es algo que puede que nunca cambie.
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